La investigación metodológica en comunicación política
Cuando hablamos de investigación en Ciencias
Sociales hablamos de un “ir hacia la gente” en busca de información, que luego se convierte en
datos. La investigación cuantitativa (al igual que la cualitativa) posee una metodología que designa el “camino” en que enfocamos un problema y buscamos las
respuestas. En la investigación social, nuestros supuestos, intereses,
propósitos y objeto de estudio nos llevan a elegir un camino determinado. En
principio, y grosso modo, encontramos
dos perspectivas teóricas importantes[1]:
1.
La
positivista que busca los hechos o causas de los fenómenos sociales con
independencia de los estados subjetivos de los individuos que investigan. Acá
se consideran los hechos o fenómenos sociales como “cosas o fenómenos” que
ejercen una influencia externa sobre las personas. Se adopta el modelo de
investigación de las ciencias naturales en busca de las causas mediante métodos
tales como cuestionarios, inventarios, estadísticas y estudios demográficos
(entre otros) que producen datos susceptibles de estudios cuantificables.
2.
La fenomenológica, donde el investigador quiere entender los
fenómenos sociales desde la perspectiva del actor, incluyendo su visión
particular del mundo, incluyendo sus emociones, es decir, su subjetividad. Aquí se
produce un cruce de subjetividades, una inter-subjetividad, la del investigador
y la del investigado. Ambas quedan involucradas en un proceso de estudio de
cualificación. Examinar el modo en que se experimenta el mundo es la tarea. La realidad que
importa es lo que las personas perciben como importante. El fenomenólogo busca
comprensión por medio de métodos cualitativos tales como la observación
participante, la entrevista en profundidad y otros, que generan datos descriptivos,
el fenomenólogo busca la comprensión en un nivel personal de los motivos y
creencias que están detrás de las acciones de la gente.
El
objetivo de cualquier ciencia es adquirir conocimientos y la elección del
método adecuado que permita conocer la realidad es por tanto fundamental.[2] El
problema surge en el momento de elegir un método adecuado que favorezca un
acercamiento óptimo al objeto de estudio en cuestión. Los métodos inductivos y
deductivos tienen objetivos diferentes. El método inductivo está
asociado con la investigación cualitativa, mientras que el método deductivo está asociado con la investigación cuantitativa.
Nos enfocaremos ahrora a la investigación cuantitativa. Si
intentáramos responder a la pregunta ¿qué es el método cuantitativo?, podríamos
decir que es un proceso
de investigación de fenómenos, utilizado, para explicar acontecimientos, una
gran cantidad de datos. Si entendemos que la idea de las ciencias es poder
explicar fenómenos a través de relaciones causales, lo que pretende la
investigación cuantitativa es determinarlas y explicarlas a través de la
recolección e interpretación de grandes cantidades de datos: una vez que se ha concluido la recogida de
información[3], que permiten fundamentar sólidamente
una hipótesis, en el que el método cuantitativo pretende responder a los
intentos de aproximar, dar validez,
explicar y justificar una teoría normativa. Este proceso que se inició
en la época moderna con Hume, continuado por Comte[4],
Durkheim y el positivismo lógico (Círculo de Viena), y durante el último siglo,
por la corriente conductista.
Generalmente, la recolección de datos pasa a través de
la aplicación de encuestas y sondeos a un universo o una muestra. Por
“universo” se entiende la totalidad de la estructura a estudiar, llámese país,
región, ciudad, empresa, partido político, etc. y por “muestra” se entiende a
una parte de este universo. Además, implica que este universo o muestra, debe
ser elegida a través del criterio que el investigador considera factible
respecto del objeto a estudiar. Estas encuestas contienen una serie de
preguntas cuyas respuestas contienen los datos a estudiar, los cuales pueden
ser categorizados como de intervalo (numéricos), de rango o de categoría
(nominales), en orden de mayor a menor cuantificación. De hecho, estos dos
últimos requieren que un valor les sea asignado, por lo cual su peso puede ser
bastante menor a la hora de formular las relaciones matemáticas necesarias en
la investigación. Luego, estos datos pasan por procesos de análisis y medición
estadísticos, que intentan buscar la relación que tienen estos datos con los
fenómenos a estudiar, y que van desde un análisis una variable, a otros de
creciente complejidad, que intentan relacionar dos o más variables en el
intento de explicar el fenómeno investigado.[5]
El método cuantitativo busca acercar –a través de la
recolección, estudio y análisis de datos, mediante técnicas y tecnología
estadística– a las disciplinas sociales hacia las ciencias exactas o naturales,
todo esto gracias a la conversión de fenómenos sociales, capturados en forma de
datos, en números. Así, estos números pueden ser ahora sometidos a técnicas
estadísticas de determinación de probabilidades y permiten no sólo explicar
fenómenos sociales sino también predecir posibles escenarios futuros.
Si intentáramos ahora relacionar la investigación
cuantitativa respecto de la cualitativa, diríamos que la primera es aquella
en la que se recogen y analizan datos sobre variables, y la segunda, la que
interpreta esos datos. Los investigadores cualitativos hacen registros narrativos
de los fenómenos que son estudiados mediante técnicas como la observación
participante y las entrevistas no estructuradas[6], entre
otros. La diferencia fundamental entre ambas metodologías es que la
cuantitativa estudia la asociación o relación entre variables y la cualitativa
lo hace en contextos estructurales y situacionales[7]. La
investigación cualitativa trata de identificar la naturaleza profunda de las
realidades, su sistema de relaciones, su estructura dinámica. La investigación
cuantitativa trata de determinar la fuerza de asociación o correlación entre
variables, la generalización y objetivación de los resultados a través de una
muestra. Tras el estudio de la asociación o correlación pretende, a su vez,
hacer inferencia causal que explique por qué las cosas suceden o no de una
forma determinada.
Dijimos
que los fundamentos de la metodología cuantitativa podemos encontrarlos en el
positivismo que surge en el primer tercio del siglo XIX como una reacción ante
el empirismo que se dedicaba a recoger datos sin introducir los conocimientos
más allá del campo de la observación. A principios del siglo XX, surge el
neopositivismo o positivismo lógico siendo una de las aportaciones más
importantes la inducción probabilística. La clave del positivismo lógico
consiste en contrastar hipótesis probabilísticamente (o no probabilísticas) y
en caso de ser aceptadas y demostradas en circunstancias distintas, a partir de
ellas elaborar teorías generales. La estadística dispone de instrumentos
cuantitativos para contrastar estas hipótesis y poder aceptarlas o rechazarlas
con una seguridad determinada.
El
contrastar una hipótesis repetidamente verificada no da absoluta garantía de su
generalización ya que, como señalaba Karl Popper, no se dispone de ningún método
capaz de garantizar que la generalización de una hipótesis sea válida[8]. Con el
ejemplo de los cisnes, Popper rebatía las tesis neopositivistas sobre la
generalización de las hipótesis: (...)
todos los cisnes de Austria eran blancos... no se dispone de datos sobre el
color de los cisnes fuera de Austria..., todos los cisnes son blancos (...).[9]Actualmente
no hay ningún método que garantice que la generalización de una hipótesis sea
válida, pero sí se puede rebatir una hipótesis con una sola evidencia en contra
de ella. Es por ello que la ciencia, como señala Popper busca explicaciones cada vez mejores.[10]
Una
aproximación a las ventajas e inconvenientes de los métodos cuantitativos vs
los cualitativos, es que, el método cuantitativo es muy potente en términos de
validez externa, ya que con una muestra representativa de la población se
pueden hacer inferencias con una seguridad y precisión definida. Además, la
investigación cuantitativa no sólo permite eliminar el papel del azar para
descartar o rechazar una hipótesis, sino que permite cuantificar la relevancia
de un fenómeno, midiendo la reducción del riesgo y el número necesario de
objetos a tratar, para controlar un evento. El empleo de ambos procedimientos,
cuantitativos y cualitativos, en una investigación, podría ayudar a corregir
los sesgos propios de cada método. Por ello, es muy importante el hecho de que
en el campo metodológico hoy se hable de una acertada complementariedad metodológica, que permita un más rico y preciso
acercamiento, tratamiento y estudio de un objeto determinado. Por eso, es
necesaria una “metodología mixta” o un “paradigma de triangulación”. El análisis de la realidad social, tuvo un matiz
particular en la década de los años sesenta, con el final del la hegemonía del paradigma cuantitativo, o positivista; y
el renacer del paradigma interpretativista o cualitativo.[11]
Pero lejos de una aniquilación del paradigma anterior; se pensó y se creyó que
era necesaria una complementariedad metodológica, que pudiera servirse de ambos
métodos, cada uno con sus aportes, estrategias y características.
La pluralidad
metodológica ya es un hecho en el ámbito de la comunidad científica. Si bien
ambas metodologías difieren tanto en la estrategia que siguen, en la
recolección de datos; como en su análisis e interpretación de los mismos (por
todo lo ya dicho), ambas proporcionan un marco filosófico y metodológico
concreto y específico para el estudio de la realidad social compleja y
dinámica. La aplicación de estos métodos, recibe el nombre de triangulación, definiendo una
interacción hermenéutica única y holística en la exploración.
[1]
Cfr. HERNÁNDEZ SAMPIERI, Roberto; FERNÁNDEZ COLLADO, Carlos; BAPTISTA LUCIO,
Pilar. Metodología de la Investigación.
2004. Pág. 4 ss.
[2] Cfr. ANDER-EGG, Ezequiel. Introducción a las Técnicas de Investigación
Social. 1980. Pág. 17 ss.
[3] Cfr. D´ANCONA, María Ángeles. Metodología Cuantitativa: Estrategias y
técnicas de Investigación Social. 2001. Pág. 317.
[4] Cfr. HERNÁNDEZ SAMPIERI, Roberto; FERNÁNDEZ
COLLADO, Carlos; BAPTISTA LUCIO, Pilar. Op. Cit. Pág. 4: “El enfoque
cuantitativo en las ciencias sociales se origina en la obra de Augusto Compte
(1798-1857) y Emile Durkheim (1858-1917). Ellos propusieron que el estudio de
los fenómenos sociales, requiere ser “científico”, es decir, susceptible a la
aplicación del mismo método que se utilizaba con éxito en las ciencias
naturales…
[5] Cfr. ANDER-EGG,
Ezequiel. Op. Cit. Pág. 95 ss.
[6] ABEDLLAH, FG, Levine E. Preparing Nursing Research for the 21 st Century.
Evolution. Methodologies,
Chalges. Springer: New York; 1994.
[7] STRAUSS AL. Qualitative analysis for social scientifics. New York:
Cambridge University oress, 1987.
[11]
D´ANCONA, María Ángeles. Op. Cit. Pág. 43.
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